miércoles, 13 de abril de 2016

Adiós a los próceres (Pablo Montoya)

Este libro vio la luz en el año 2011 gracias a Grijalbo y nos ofrece una mirada totalmente sarcástica de la vida de aquellos que desde siempre han sido endiosados dentro de la historia colombiana.

Desde las clases de sociales en el colegio, hemos escuchado las historias de hombres como Antonio Nariño, Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Jorge Tadeo Lozano, Francisco de Paula Santander y cómo no, Simón Bolívar.

Sus biografías están cargadas de hechos trascendentales cargados de admiración por sus aparentes logros y acciones heroicas por la "construcción de la patria". Esta vez Montoya decide salirse de ese curso y, usando una estructura similar a los textos biográficos, ofrece a sus lectores "la otra cara de la moneda" (si se le puede llamar así) acerca de los anteriormente mencionados.

Esta publicación sin duda alguna permite una aproximación de primera mano acerca de un pensamiento que habrá pasado por la mente de muchos. Solemos idealizar a los hombres después de su fallecimiento, pero olvidamos que fueron personas como los demás, que cometieron errores y que obviamente, no fueron tan perfectos como pretenden mostrarlos siempre en los libros de historia.

Dos objeciones podría hacerle a este texto. Primero, los términos constantemente utilizados para enriquecer el relato. Es cierto que sobretodo en estos tiempos, en el que el lenguaje se ha visto tan reducido en el escenario del día a día, puede ser problema de nosotros los lectores no conocer la gran cantidad de palabras utilizadas en este libro. Sin embargo, si la idea es llevar esta nueva versión a más lectores, considero que podría haberse utilizado un lenguaje al menos un poco más cercano.

A pesar de ello, debo decir que me picó la curiosidad y a medida que fui avanzando en la lectura, anoté los términos desconocidos para consultarlos posteriormente y así poder integrar nuevos términos a mi vocabulario. Lo más seguro es que no llegue a utilizarlos, pero no está de sobra aprender nuevas cosas cada día.

Segundo, si bien esta es una versión que le permite libertades al autor para utilizar un tono más personal, pues tiene impreso sí o sí su postura, da la impresión en muchas ocasiones que pueden ser historias inventadas, pues las apreciaciones no muestran fundamentos históricos algunas veces. Es claro que Montoya tiene todo el derecho a agregar cuanto quiera en su libro, pero como lectora agradecería el poder encontrar referencias a los hechos citados, para poder diferenciar cuando se trata de algo que realmente ocurrió y que no está incluido en la historia oficial, y cuando es un aporte nacido del autor.

Cabe resaltar que este libro no solo habla de hombres, cuenta también con la historia de tres mujeres: Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos y Manuela Sáenz. No se les toma como las simples acompañantes detrás de grandes hombres, sino que se les otorga en su respectivo 'capítulo', el protagonismo necesario para resaltar su autonomía y el papel que jugaron durante su paso por lo que hoy es Colombia.

Espero que estos apuntes les ayuden a hacerse una idea acerca de lo que pueden encontrar en este libro. Espero también que sea un abrebocas para que se motiven a leer esta pieza y sonrían un poco mientras descubren entre líneas, esa otra parte de la historia que por más intentos de ocultarla, no se ha podido borrar.

Gracias por venir y nos leemos en una próxima oportunidad.

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